Del mismo modo que las tendencias de nuestro vestuario cambian con la llegada de una nueva estación, lo hacen las de la decoración. Acabamos de estrenar el otoño y el escenario que nos rodea se ha transformado radicalmente: temperaturas más bajas, días más cortos y oscuros, paisajes naturales caducos… Todo ello nos evoca sensaciones diferentes a las estivales, de ahí la necesidad de adaptarnos al nuevo entorno. ¿Queréis saber cómo hacerlo en el hogar para conseguir un ambiente acogedor y estar a la última?
Dado que las horas de luz se reducen drásticamente en esta época del año, una de las sugerencias es apostar por los tonos crema, los cuales, además, son muy fáciles de combinar con complementos de cualquier color. Por su carácter más bien neutro, para lograr que una tonalidad beige prime sobre el resto es recomendable emplearla en paredes, suelo, alfombras y alguno de los muebles principales.
Por otra parte, como cada estación, el otoño invita a dejarse llevar por los colores que abundan en la naturaleza. En este caso, se trataría de los marrones, amarillos y naranjas; todos ellos apuntando a su matiz más rojizo.
Si atendemos a las indicaciones de Pantone, empresa referente en identificación y comparación de gamas cromáticas, también deberíamos barajar en esta temporada el verde oliva, el púrpura y el morado.
Por último, nuestra apuesta personal en el presente otoño es para el burdeos, un color fuerte que puede pecar de oscuro. Sin embargo, combinado con algo de blanco y una buena iluminación, puede transmitir mucha fuerza.