Luz, belleza, vida… El color es todo eso y mucho más. Porque también forma parte de nuestro equilibrio psicológico, físico y emocional del mismo modo que el sol o la lluvia pueden influir en nuestro estado de ánimo. Por eso, antes de decidir la tonalidad de una estancia, deberíamos definir qué pretendemos sentir en ella.
En líneas generales, en dormitorios y zonas de descanso es recomendable optar por colores fríos y relajantes, los cuales ayudan a encontrar la tranquilidad deseada. Por el contrario, en las zonas de juegos y habitaciones de estudio de los niños es mejor aplicar colores alegres y vibrantes que estimulen su capacidad creativa. Por su parte, en lugares semiabiertos es buena idea utilizar colores neutros. En cualquier caso, con la ayuda de los complementos se puede transformar las estancias según la época del año.
Pero más allá de estas nociones básicas, que seguro a muchos os sonarán, hemos decidido profundizar en las propiedades que se atribuyen a cada color y el mobiliario con el que mejor casan. La idea es que despertéis siempre una sensación óptima en cada rincón:
- Amarillo y naranja: invitan a la creatividad y potencian la inteligencia, alegría y originalidad. Ambos son colores muy estimulantes, por lo que no se recomienda su uso en personas nerviosas o intranquilas. Por el contrario, son tonos aconsejables en edades infantiles. La gama de colorido cálido combina perfectamente con muebles acabados en tonos oscuros.
- Rojo: está asociado al amor la pasión, fuerza y sensualidad. Es un tono muy estimulante que combina perfectamente con cualquier acabado de madera. No obstante, el mobiliario teca le va a aportar más calidez, fuerza y elegancia. Además, una habitación puede quedar muy sofisticada si se alterna con colores claros.
- Lila: es un color nostálgico, estimulante, misterioso y espiritual que invita, también, a la creatividad. Gran opción para decorar la habitación de un adolescente o para quienes padecen migrañas. Para lograr una estabilidad cromática perfecta, combinadlo con mobiliario claro, blanco o avellana.
- Azul: invita al relax, por lo que es genial para calmar las emociones. Asimismo, pProporciona un efecto de paz y tranquilidad, el cual se acentúa con muebles en blanco.
- Verde: es el color natural por excelencia. Transmite seguridad y calma el insomnio. Aporta un exotismo inconfundible con muebles color teca. La sensación de frescura y modernidad se alcanza al combinarlo con maderas claras.
Bueno, ¿os animáis a definir una pauta cromática para vuestro hogar? 🙂