Independientemente de la edad que se tenga, el mes de septiembre siempre marca una suerte de inicio de curso: niños y jóvenes, obviamente, retoman su marcha académica y los adultos, aunque hayan tenido las vacaciones de verano pronto, entran de lleno en la vorágine laboral, pues ahora es cuando prácticamente todo el mundo se reincorpora y la rutina regresa a su normalidad. Por ello, hemos pensado que es el momento idóneo para repasar las pautas a seguir con vistas a tener una zona de estudio y de trabajo adecuada en el hogar. ¿Estáis preparados para tomar nota? 😉
Sin duda, lo ideal en estos casos es disponer de una estancia dedicada exclusivamente a estos fines. Así, al separar este espacio de otros de carácter más distendido, se facilita la desconexión dentro de una misma casa. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que una zona de estudio o de trabajo debe contar con la máxima luz natural posible y con cierta amplitud.
Puesto que no siempre es posible dedicar una única habitación para ello, las zonas de estudio suelen instalarse en el correspondiente dormitorio. En este caso, queremos hacer hincapié en que es imprescindible que éste debe adaptarse a la edad y personalidad de quien lo habita, ya que de esta forma se creará un ambiente para propicio para pasar allí las horas que sean necesarias cómodamente. Por ejemplo, los tonos pastel que se emplearon cuando el niño tenía cuatro años pueden quedar obsoletos cuando alcance los ocho.
Por otra parte, si hay algo en lo que no se debe escatimar dinero tanto en las zonas de estudio como en las de trabajo, esto es la silla. Es importante recordar que ésta no sólo es un elemento decorativo, sino un mueble que influye en nuestra salud, pues puede ocasionar vicios de postura y, en consecuencia, alguna lesión. Asimismo, ambos espacios tienen en común que albergan cantidad de papeles, carpetas y libros. Éstos tienden a acumular polvo en cantidad, por lo que una buena idea es guardarlos en vitrinas o armarios de tela, que son más desenfadados.
Por último, señalar que la organización es un factor fundamental para el buen funcionamiento de estos espacios y que las paredes pueden jugar un papel fundamental en ello. Por supuesto, no deben faltar estantes. Pero también se puede recurrir a creaciones más originales, como composiciones de tableros caseros o calendarios de pared hechos de barras metálicas de colores e imanes. Todo depende de la imaginación y maña de cada uno.
¿Qué os ha parecido nuestra recopilación de consejos? ¿Añadiríais algún apunte? 🙂