Nada ni nadie escapa a la acción del tiempo y de las condiciones ambientales. Y las fachadas no son una excepción en este sentido: muchas presentan patologías específicas que han de ser tratadas porque, más allá de una cuestión estética, ello puede devenir en un problema mayor para el edificio y, por tanto, para todos sus habitantes. Entre las ‘dolencias’ más frecuentes se encuentran:
Moho y verdín: el clima, la orientación e, incluso, la humedad del aire facilitan la aparición de esas manchas negras, verdes o rojizas que son moho y verdín. Evitarlas pasa por el uso de pinturas que incorporen en su formulación aditivos fungicidas y algicidas, así como que tengan un alto poder impermeable. Es muy importante sanear una fachada con esta patología antes de pintarla.
Decoloración: los rayos ultravioleta degradan los pigmentos de las pinturas, lo cual se traduce en una disminución del color o en su total desaparición. En este caso, se debe proceder a repintar la fachada y, para ello, emplear esmaltes de calidad, desarrollados para exteriores y con estabilidad ante la radiación solar.
Lluvia ácida: este fenómeno se produce por la combinación de la humedad del aire con el anhídrido sulfúrico y el anhídrido sulfuroso, los cuales resultan de la combustión de los derivados del petróleo y del carbón. Ello puede penetrar en el cemento que no ha sido convenientemente protegido, degradándolo a la par que aumentando su porosidad. Aquí se precisa de pinturas acrílicas elásticas.
Efecto caracol: un secado en condiciones adversas – como humedad alta, rocío extremo o lluvia – provoca que los componentes solubles en el agua de los esmaltes salgan a la superficie, dando lugar a unas diferencias de brillos en forma de hilos o de gotas. Éstas desaparecen con un lavado de agua a presión, pero además hay sistemas que minimizan el riesgo de su aparición.
Por todo ello, en Pinturas Blatem contamos con una línea de la división técnica dedicada exclusivamente a este menester. Porque, aunque desconocida por muchos, las pinturas tienen una faceta curativa que resulta fundamental en la conservación de cualquier edificación que se precie.
¿Sabías algo sobre ello? ¿Tenéis alguna experiencia al respecto que podáis compartir? 🙂