Puede sonar a tópico, pero se trata de una verdad universal. Es ahora cuando disponemos de más horas de luz y tiempo libre, así como las condiciones meteorológicas acompañan; por lo que muchas personas invierten parte de sus vacaciones en poner a punto la casa para el resto del año. De esta forma, no sólo el sector turístico presenta un repunte durante la temporada estival, sino que el de la construcción tiene un respiro en este sentido.
Cambiar los suelos, quitar el gotelé de las paredes, pintar las estancias, poner otros azulejos en el baño o en la cocina, renovar las puertas, las ventanas o los sanitarios… Estos son solo algunos ejemplos de las reformas más habituales que se dan durante el verano. Sea cual sea, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda seguir ocho pautas para que todo el proceso vaya rodado, como confiar en profesionales con referencias, avisar antes a los vecinos o fijar una fecha de finalización por escrito.
Previamente, no se debe obviar un paso fundamental: hacer un presupuesto. Bien si uno mismo es el encargado de la reforma, bien si se contrata a terceras personas para ello; concretar de cuánto dinero se dispone y marcar un máximo de gasto se plantea una obligación más que una recomendación. En esta fase, es interesante consultar si se pueden solicitar ayudas públicas para que el bolsillo se resienta lo menos posibles.
Y llegó vuestro turno: ¿tenéis a la vista alguna reforma, añadiríais algún consejo más o queréis compartir experiencias pasadas? ¡Contadnos! 😀