Cuando nos planteamos pintar la pared de una habitación no basta con tener claro el color y el tono que mejor combine con el mobiliario y con los elementos decorativos, ya que también hay que saber cuáles son las cantidades de pintura que debemos utilizar para ese espacio con el fin de que no nos quedemos sin suministro antes de tiempo o que no resulte lo nítido y lo potente que nos gustaría.
Por ello es importante realizar dos cálculos (matemáticas sencillas, no os preocupéis) con los que aplicar el líquido colorativo justo y necesario. El primero es el consumo teórico de pintura, que se consigue con una sencilla fórmula: dividir los metros cuadrados a pintar entre el rendimiento, es decir, los metros cuadrados por cada litro.
Y, en segundo lugar, debemos calcular el consumo práctico de pintura (real que vamos a utilizar), que se obtiene multiplicando el consumo teórico que hemos deducido antes por el factor de corrección, que varía según condiciones de aplicación como:
- Irregularidades y formas de la superficie a pintar.
- Pérdidas de pintura: residuos que quedan en los envases y la pintura que se mantiene en los equipos de aplicación.
- Métodos de aplicación:
- Si se realiza con brocha o rodillo, se calculan unas pérdidas de un 5%, por lo que el factor de corrección sería 0,95
- Si se trata de una pistola airless, se estiman unas pérdidas de un 25% y un factor de 0,75
- Si se hace con una pistola Airmix, se producen unas pérdidas de un 30% y un factor de 0,70
- Si se utiliza un aerógrafo, las pérdidas a valorar suponen un 35% y el factor de corrección 0,65
Con estos sencillos cálculos conseguiremos que nuestro trabajo brochazo a brochazo sea impecable y quede fuera de cualquier duda en su resultado. Así que, solo resta ponerse ¡manos a la obra! 😉